Estaba yo durmiendo en mi casa de A Coruña, en el mismo cuarto que mi mujer Ana: Camas separadas.
Caí en un profundo sueño, en el que imaginaba que mantenía relaciones sexuales con una pantera, en la que se había covertido mi parienta.
Acrobáticas y salvajes fueron las distintas posturas que adoptamos. No exentas de todo cariño.
La pantera hembra me acoplaba a su cuerpo y me empujaba la espalda con el fín de incitarme a la copulación.
También practicamos el 69, resultando el mismo tan delicioso como excitante.
Ya de mañana me desperté entre sudores. Y al comprender que todo había sido un sueño, me sentí aliviado de haber cometido bestialismo.
Entonces se despertó Ana y le dí los buenos días.
"En fín, me dije, fué un sueño maravilloso". Y no pude sino mirar fijamente a Ana, quien entre lascivas miradas me dijo: "Aaaarjjj".
Fué entonces cuando me fije que tenía unos fuertes arañazos, como de garra, en la espalda.
"Tigresa, te adoro", dije yo dándole un beso con lengua.
Caí en un profundo sueño, en el que imaginaba que mantenía relaciones sexuales con una pantera, en la que se había covertido mi parienta.
Acrobáticas y salvajes fueron las distintas posturas que adoptamos. No exentas de todo cariño.
La pantera hembra me acoplaba a su cuerpo y me empujaba la espalda con el fín de incitarme a la copulación.
También practicamos el 69, resultando el mismo tan delicioso como excitante.
Ya de mañana me desperté entre sudores. Y al comprender que todo había sido un sueño, me sentí aliviado de haber cometido bestialismo.
Entonces se despertó Ana y le dí los buenos días.
"En fín, me dije, fué un sueño maravilloso". Y no pude sino mirar fijamente a Ana, quien entre lascivas miradas me dijo: "Aaaarjjj".
Fué entonces cuando me fije que tenía unos fuertes arañazos, como de garra, en la espalda.
"Tigresa, te adoro", dije yo dándole un beso con lengua.
por kikovacanillas
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