10 de noviembre de 2015

-Caída vía tren-

Iba de finde a ver a mis hijos a Madrid, así es que cogí un tren que, desde las 22.30 horas hasta las 8,05 horas, me tendría inmerso en un contexto metálico y ruidoso en el cual sin duda alguna miles de ideas pariría mi alma. Como siempre llevaba mi libretita de cuero y un boli dispuesto a registrar todo cuanto pudiere surgir.
Como ya sabeís soy un recién separado y estoy por ello francamente inestable.
"Tren destino Pontevedra, Vigo, A Coruña, número 158, embarquen por vía 7", rezaba el cartel.
Me dirigí a mi compartimento, pero antes de subir nació en mi un relato, así que cogí el boli y la libreta y me dispuse a escribir. Anoté la idea central, y cuando ya me iba a disponer a guardar la libreta y el boli, un movimiento en falso hizo que mis notas cayeran a la vía.
¡No, mi relato!, dije al tiempo que saltaba a los railes. Cogí la libreta y cuando me disponía a subir me dí cuenta de que no era en absoluto fácil el ascenso.
 ¡Dame la mano!, me dijo un señor. Me asió con fuerza. Y...cayó de cabeza a la vía.
Acto seguido el individuo salió aupándose con las dos manos. Yo no podía hacerlo por mis 117 kilos.
¡Señor que viene un tren, salga de ahí!, me increpó un pasajero.
Me quedé petrificado. No veía por que vía circulaba el tren. Y por lo tanto no sabía donde me debería poner para evitarlo.
¡Piiii....!. Mis hijos...Mi ex...Mis hermanos...Mis inmigrantes.
Y el tren pasó subitamente por la vía de al lado. Acto seguido vino un ordenanza con una escalerilla. Y pude salir de ese infierno.

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