1 de marzo de 2016

-El culo de George.

Estaba yo en mi casa tratando de pasarle una foto a mi primo Enrique por Internet...
Seguía las instrucciones que tenía anotadas en un folio ubicado en la funda de mi cámara. Y todo parecía sencillo...
Si bien es conocida mi inutilidad en cuanto a informática se refiere.
La foto que quería hacerle llegar era de mi alumnos africano George en clases de español.
Así pues uní el cable a la cámara y al disco duro y...
Un inmenso culo ocupó toda la pantalla con un cartel que decía: “Culo de George”.
Estupefacto me quedé y justo cuando más concentrado estaba en la imagen: ¡Plof! Y un nauseabundo olor invadió el despacho
No había duda George había emitido una ventosidad.
George está gordo como un ceporro y era bien sabido que tenía que tener un culo inmenso.
Y así era, la imagen seguía fija en la pantalla y de vez en cuando ¡Plof!,

El asunto es que estábamos pendientes de una llamada de mi hermano Javier porque George iba a trabajar a su casa para cuidar a su suegra Maruja.

Y así fue: Maruja parecía encantada con el. Pero había algo que le disgustaba de George y no me quería decir que era.
Así es que un día decidí ir a casa de Javier para descubrir el secreto.
Y estando yo con Maruja ya a punto de volverme a A Coruña, salió George del cuarto un momento para vaciar el orinal y en ese momento me dijo Maruja, con la vista dirigida hacia el deaparecido George: "¡Plof!".
Todo quedó comprendido: George padecía una aerofagia compulsiva tal como me había indicado el duende de mi ordenador, pero no sería motivo suficiente para desestimarlo como cuidador, tarea que desempeñaba con máxima eficiencia.
                                                            Kiko Cabanillas.

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