15 de marzo de 2016

El doctor Pernas.

Despistado, hiperactivo, desbordando humanidad.
Así es el doctor Pernas. El mismo que la semana pasada le abrió la puerta de su casa a la policía municipal que venía a informarle que había un mendigo durmiendo en su coche.
“No se preocupen es Manolo, está con mi permiso”.
Y es que a veces no le llegan a José Pernas la más de docena de pisos que tiene en A Coruña para los sin techo.
Desde su ONG Renacer les facilita a las clases más bajas comida y ropa.
Además su local de Renacer está siempre lleno de inmigrantes que asisten a las clases de español que ofrece la ONG Ecos do Sur.
El doctor Perrnas es un “outsider”, iconoclasta. La eficiencia con la que atiende a los socialmente desestructurados es digna de elogio.
Yo, que llevo ya más de veinte años trabajando con el colectivo inmigrante en A Coruña, tengo en él un modelo a seguir. Y un amigo.
Pero don José Pernas se lo ruego piense algo en sí mismo. Cuide el vestir. Coma bien todos los días. Atienda a su aspecto. Pero sobre todo continúe con su impresionante labor humanitaria.
Es usted mi padre. Yo soy el pastor de su rebaño.
Y a la Administración aviso: Facilitarle ayudas al doctor Pernas no es sólo una labor justa y necesaria, sino que sobre todo es facilitar un trabajo que deberían hacer ustedes desde Asuntos Sociales.
Pero José está siempre muy ocupado para demandar estas ayudas
¡Multiplíquese usted!. Y haga que sean varios los individuos que lo darán todo por el prójimo. Siempre que éste sea un marginal desatendido y necesitado.

Don José Pernas buen trabajo y un abrazo.
                                                                    Kiko Cabanillas.

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