Volvía yo de la calle esa mañana de
comprar el pan, cuando al abrir la puerta oí unas voces.
Alarmado y alterado pregunté: “Quién
anda ahí”.
Y como toda respuesta tuve un fuerte
puñetazo en la cara.
“Pasa inútil”, decía un joven
cuya camiseta rezaba “Escaner”.
“¡Cómo es que a estas alturas aún
no hayas aprendido a usarme!”, señaló el susodicho.
Me paso a empujones al despacho, donde
estaba el señor “Monitor”, quien me dijo: “Mira que eres
burro. No sabes hacer nada”. “Eso es mentira -objeté ofendido-,
se mandar correos”.
Entonces pasó un ratón a mi lado y me
dijo: “Te voy a hacer la vida imposible”.
Bajé a la cocina, lleno de indignación
y allí estaban “Teclado”, con su parche en el ojo; “Skipe”,
muy estilizado; “Ipad”, enorme barbudo. Y dos tías buenas:
“Impresora” y “Escaner”.
Todos ellos estaban jugando a las
cartas.
Pues si...
Ya que me habéis invadido la casa me
podíais hacer el favor de ocultaros, antes de que venga mi mujer, y
hacer que todos y cada uno de vosotros funcione perfectamente.
Y desde ese día me he convertido en un
“As” de la informática,
Incluso mi padre y mi hermano me piden
consejo.
Y no es que los duendes hayan
intervenido constantemente, sino que me han enseñado a hacerlo todo
correctamente.
Por lo tanto mi inutilidad manifiesta
ha pasado a ser algo del pasado.
Y sobretodo yo puedo seguir escribiendo
cada mañana con la absoluta seguridad de que todo lo que redacto
podrá ser subido a mi blog literario y a las web en las que
participo.
Kiko Cabanillas.
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