Dos cervezasy un JB.
Sobre todo porque la pizza era para los
viernes. Con helado Jagen Dass y un litro de cerveza Alhambra. Pues
sí, no había nada más en la nevera. Y así lo visualicé, según
regresaba de la universidad Senior.
Me iré al “Lois” y tomaré un menú
del día con una buena cerveza “Estrella de Galicia”.
Así pues cumpliendo planes me instalé
en el “Lois”, pero...
No tenían menú del día.
Bueno los platos combinados: estaban
bastante bien y eran baratos.
Y de repente recordé que mi hija me
había dicho que acababa de leer “Por el camino” de Kerouac.
“On the road”, le dije yo,
fantástico.
El autor, Keruac, escribe un libro
apretando el acelerador cada párrafo. Dinamismo, velocidad.
Los “Beat Generations” eran una
pandilla de poliadictos entrañables.
Otra cerveza cuando puedas.
Esto es lo que necesitaba hoy, un par
de birras.
Huevos fritos, filete de pollo,
ensalada y ensaladilla.
Y otra cerveza por favor.
El alcohol es espíritu, no te engañes.
Y más en la sociedad
socio-culturalmente avanzada en la que vivimos.
Mi nueva tarea consistiría en seguir
por “Facebook” a todos los usuarios que quisiesen opinar sobre
el centro comercial Área Central. Tu opina, que yo bebo, entretanto.
Es la medida perfecta: Dos cervezas y
un JB.
Ingieres el espíritu y no sufres daños
colaterales. Es decir, puedes escribir.
Ya acabado el plato combinado: Un JB
con hielo, por favor. Osea lo de siempre estuvo a punto de decir el
camarero. Pero calló, muy educadito él.
Y así se acaba la historia.
Le quería decir a mi hija que lo más
importante que había hecho este año era leer “On the road”de
Kerouac. Mi primo Enrique seguro que estaba de acuerdo.
Todo ocurrió en mi etapa dependiente
del Catobit: Complejo vitamínico que yo usaba para leer de noche
cuando estaba compaleciente de mi amebiasis hística, traida de la
India. Leer y cagar era lo que hacía esas noches.
Bien Julia, querida hija, con la
lectura de Kerouac, te acabas de ganar mis terribles consejos
literarios. Desde hoy no podré evitar incluirte en mi pandilla de
ávidos lectores (que no somos más que Enrique y yo) y bajo mi
consejo descubrirás la belleza del infierno. ¡Benvida!.
Kiko Cabanillas.
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