8 de junio de 2016

Nando.

Treinta y tantos, fuerte y fibroso. Atleta, monitor de gimnasia, boxeo y full contac, corredor de fondo.
Llevo cerca de un año acudiendo a sus clases de rehabilitación en la coruñesa Casa del Agua.
Gracias a Nando dejé el bastón y recuperé la marcha con equilibrio.
Subir y bajar escaleras, ejercicios de equilibrio. Y bici estática.
Entrenamiento duro de 50 minutos aproximadamente, valiéndonos de cintas elásticas y pelotas.
Yo he sido deportista toda mi vida: Rugby, Alpinismo, Boxeo...
Y aunque en breve voy a cumplir los 50, retengo la capacidad de sufrimiento de los “entrenos”.
Nando es un joven bastante empático, pero tiene su carácter. Y cuando algo no sale bien me regaña y me dice: “No re rias”.
Así visto en perspectiva el deporte que más me ha construido ha sido el alpinismo: “Treking” por el Himalaya y por los Alpes. Y escalada deportiva en Patones y La Cabrera.
La montaña es algo que va más allá del simple deporte. Es un modo de vida, que lleva implicito convivir con la muerte.
¿De dónde sale que gente que ha perdido dedos por congelación o a amigos en cordada sigan escalando?.
Pues...El alpinismo tiene el duende. Es espíritu. Engancha.
Y en cuanto a deportes en sí: El rugby. Los terceros tiempos bebiendo cerveza. La lucha en equipo. Los entrenamientos a fondo.
Y ahora...
He vuelto a andar como las personas.
Recuperé el equlibrio perdido.
Reaprendí a subir y bajar escaleras.
Y en resumidas cuentas proseguí con una lucha que para mi será eterna. (Minusvalía del 67 %).
                                      Kiko Cabanillas.

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