6 de julio de 2016

-Biotecnología: Tapadera.

A mi siempre me había llamado la atención la tienda de Biotecnología ubicada en Área Central.
Las veces que por ella pasaba siempre estaba el dependiente hablando por el móvil. Pero allí no entraba un cliente.
Hasta tal punto llegó mi inquietud que decidí averiguar a qué se dedicaban realmente, pues la biotecnología en Galicia como que no.
Así es que entré un buen día a la tienda y le dije al empleado -Arturo-si podría darme información pues quería montar una tienda semejante en Pontevedra.
No lo hagas. Aquí no hay mercado. Simplemente sobrevivimos”.
Vino a mi mente entonces la imagen de Arturo aparcando el Mercedes cada mañana. Tenía además un Rolex de oro.
Te invito a una copa”, dije aún a riesgo de tener un “no” por respuesta.
Claro”, dijo.
Una copa llevó a otra. Fumamos un porro que lié yo. Y acto seguido me propuso ir al coche a esnifar una raya. “¿Un tiro?”. Acepté.
Y pronto una furiosa taquicardia se apoderó de mí, al tiempo que Arturo me confesaba que se dedicaban realmente al tráfico de “perico”. La tienda de Biotecnología no era más que una tapadera.
Ya que me has caído bien te ofrezco trabajo. Empezarás mañana. Recibimos mercancía. En mi tienda a las ocho”.
Y allí estaba yo como un clavo.
Llegarán doce fardos a las doce. Abriré por el almacén y depositaremos todo en la tienda”, dijo.
La operación fue sencilla y no hubo ningún problema.
Esto fue hace ocho años. Hoy espero mi turno en el juzgado. Pero Arturo dice que no hay por qué preocuparse.
Lo cierto es que he podido mantener a mi familia y me he permitido un alto nivel de vida.
Siempre supe que acabaría así la película. Pero ha valido la pena. ¡He vivido como dios!.
Kiko Cabanillas.

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