28 de septiembre de 2016

-Ya entré-

El martes de la semana que viene estoy citado con Santiago Romero: Jefazo de “La Opinión”, para charlar sobre mi colaboración con el periódico.
Asimismo le daré a conocer mi método de trabajo: Me documento en “The New York Times”, en libros de la FNAC Madrid y en Internet.
Desarrollo un trabajo básicamente de investigación.
También le indicaré mi condición de pensionista por discapacidad, por lo cual no le pediré dinero por mis artículos. Sólo aquellos gastos que pudieran derivarse del trabajo como taxis y libros de la FNAC.
Abordaré temas de Internacional. Propondré un artículo semanal de Opinión.
Le llevaré dos artículos: Sobre Filipinas y Sudán del Sur.
Propondré los siguientes temas: Estudiantes de Iguala, Boko Haram en Nigeria, Musulmanas francesas ante la discriminación, Matrimonios del mismo sexo en Australia, Acoso de EEUU a los inmigrantes haitianos.
Mi idea es que Santiago me indique que temas le interesan para así poderlos investigar.
Mi reincorporación laboral exige que vuelva a conducir, para lo que buscaré alguna autoescuela cerca de casa.
He dado el primer paso para convertirme en corresponsal de guerra. Mi sueño.
En todo caso me inicio en la sección de Internacional, pues yo siempre había trabajado en Cultura y Sociedad.
Pero amigos me temo lo peor: Acabaré marchando a la guerra. Es mi sueño profesional.
Y a mi no me para ni dios.
Divorciado -casi lo estoy-, Depresivo -como actitud existencial-, y Dipsómano -en busca de paraísos artificiales-. Realmente los periodistas somos las tres”d”.
                          Kiko Cabanillas.

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