Esta mañana estoy
en pié desde las cincco. Ayer asistí a una charla del café
filosófico de la Bilioteca Municipal de Los Rosales en la que un
filósofo, utópico -según mi opinión- nos disertó sobre variados
temas, sin admitir las limitaciones socioculturales y espirituales.
“Los sistemas no existen”, contestó a mi pregunta de qué
opinaba de los “outsider”. “Todos somos “outsiders”,
señaló.
En fín pecado de
juventud: La utopía de Tomás Moro, aunque él no admitió su
influjo. Pues dijo que su utopía es realizable y la de T. Moro no lo
es.
Pero esta mañana
estoy esperando a mi profe de informática Amaia, quien viene a
instalarme “Mundopoesía” para poder seguir en la misma.
Sin ordenador
-funcionando perfectamente- no soy nadie.
Y también me lo
arreglará en el portátil.
Ella pasará por
casa antes de ir a su trabajo. Y yo cuando acabe me iré a dar clases
de español a Cristina -inmigrante austríaca-.
Según acabe mis
clases de español volveré a casa donde me encontraré a las 13.30
con Eva, mi profe de inglés. Quien ha prometido hablarme de
literatura.
Pero mi estresante
mañana se prolongará por la tarde con mi clase de gallego de dos
horas: De cinco a siete, ampliable a las ocho pues me debe una hora.
En fin, que no
tengo trabajo remunerado pero padezco un estrés de caballo.
Kiko Cabanillas.
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