El campo de refugiados francés de
Calais está siendo desmantelado. Y sus habitantes: Entre 7.000 y
8.000 huéspedes, en su mayoría afganos y sudafricanos van a ser
realojados en centros de acogida de diversos puntos del país. 1250
policías vigilan la operación.
Y cómo llegamos a esto: Pues para
saltar a Gran Bretaña, los inmigrantes se fueron juntando en este
infierno, donde no tenían ni las mínimas condiciones de vida: Ni
agua caliente ni calefacción y comida escasa.
La comida la repartía el ejército.
Francia se estaba convirtiendo en una
calicatura de sí mismo. De ahí la necesidad de desmantelar el
campo. No es que ahora no se vayan a morir de hambre y frío. Pero
ahora lo harán más dispersos.
La Jungla de Calais era un drama que
evidenciaba en que se ha convertido el país que fue ejemplo de
libertades y derechos fundamentales.
Huelga de hambre como señal de
protesta hicieron varios inmigrantes en Calais hace poco. Pero la
abandonaron en vistas a su propia eficiencia. ¿A quién le importa
que se muera otro negro?.
Y sus sueños, responsabilidades
familiares y necesidades primarias.
Los vecinos de Calais llegarán con
suerte a Reino Unido, pero lo que es sin duda innegable es que en sus
mentes siempre estará el recuerdo de los días que vivieron en la
Jungla de Calais: Con sus peligros y miedos y con el pánico a pasar
a engrosar la lista de los desaparecidos o muertos.
Kiko Cabanillas.
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