7 de noviembre de 2016

-Al rojo vivo la disputa por Cachemira.

Recientemente los indios hicieron una incursión en Cachemira como represalia por un ataque yihadista en el que murieron 18 soldados.
Cachemira vio la luz cuando se creó Pakistán, en 1947; y con la partición de la India.
Aquí nacería la violencia entre dos potencias nucleares.
Hace dos años y medio Narendra Modi llegó al poder en Nueva Delhi. Y parecía que en su mandato la situación entre los dos países mejoraba. Pero el pasado 8 de Julio un independentista musulmán fue abatido por la policía en suelo indio. Y cruentos enfrentamientos han vuelto a la escena. Además el día 18 un grupo de insurgentes atacó una base militar india, con 17 soldados muertos. Entonces India decidió lanzar “ataques quirúrgicos” contra siete campos de supuestos terroristas, que fueron realizados por comandos de élite en helicópteros.
El propio Modi fue quien decidió actuar con esta contundencia. Y fuentes musulmanas declararon que “La operación india no tiene base alguna y es una farsa”. Además negaron que “es falso que Pakistán albergue grupos terroristas”.
Hay un claro malestar en Cachemira donde la represión al descontento social ha provocado que varios activistas hayan perdido la visión por uso de perdigones.
La región de Cachemira, pueblo musulmán al pie del Himalaya, que obedece a un príncipe indígena -”el bandido más redomado de oriente”, dicen-. Tierra de bungalous entre inmensas nieves. De hermosos caballos, danzas de bayaderas, algodón y tejedoras. Con su gran mezquita: especie de patio cuya construcción es moderna. De autóctonos con un tiente más claro en la piel que los indios. En resumidas cuentas un bellísimo polvorín.

Kiko Cabanillas.

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