...Y para celebrarlo esta coche me he
cocinado para cenar unos pimientos rellenos de atún espolvoreados
con parmesano. Pena de un buen vino. Fue un Don Simón.
Santiago Romero -redactor jefe de La
Opinión- me ha citado al día siguiente para ver mis artículos.
Seguro que alguno le interesa.
Esta colaboración la he conseguido
por mis propios medios. Lo cual me llena de orgullo. Compañeros de
redacción en común, periódicos compartidos en distintas épocas.
Además, como me he levantado a las 4,
si bien a las 10 ya estaba dormido, pasaré la mañana en el gimnasio
de la Casa del Agua.
Tengo un pulsómetro recién comprado y
una tabla nueva de ejercicios y estiramientos.
La entrevista con el Centro de
Información a la Mujer está pendiente de confirmación en el
Ayuntamiento. Me dijeron que en una semana.
Este trabajo es para la web de Ecos do
Sur.
Me va bien. Y cuando me va bien suelo
ir al mercado de San Agustín a comprar pescado, lo cual me permite
seguir con mi régimen. Ya he perdido quince kilos.
En cuanto a lecturas estoy volcado en
la poesía contemporánea: Juan Manuel Romero, Alejandro Pedregosa,
Bernardo Valdés, Rafael Guillén y Sandra Santana.
Asimismo, me estoy leyendo “Zhuang
Zi”, nombre del autor que da título al libro y quien es quizá el
más grande de los escritores taoista.
Para este autor el bien sumo del ser
humano es la armonía y la libertad.
“El sabio debe identificarse con el
Tao y dejar discurrir espontáneamente su vida, suprimiendo metas y
deseos, y alcanzando así la genuina libertad.
Y me pregunto yo...¿No es esta una
filosofía de multimillonarios?. Pues quien tiene que trabajar doce
horas en una fábrica entenderá que el Tao es una marca de
salchichas.
Kiko Cabanillas.
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