Como sabéis este año pensaba pasar la
Noche Buena y Navidad sólo en casa cocinándome un sargo al horno.
Pero esto es, que al comunicárselo a mi padre este me dijo: “De
ninguna manera te quedas sólo. Yo pensaba que te ibas a Madrid con
la familia política”.
Entonces le expliqué que con un
proceso de separación en marcha era muy violento hacer aparición.
Lo comprendió y me insistió en que
fuese a su casa.
Y así lo haré.
También irán mis dos hermanos.
Bueno Chemi está pendiente de su mujer
Belén, con una salud delicada que no le permite excesos.
A ver si por lo menos le dan permiso
para venir él.
“Hay muchos días para cocinarte un
Sargo. Vente que estaremos muy bien.”
Así fue como murió mi mismidad. Y yo
con Kiko parece que no voy a poder pasar unas navidades tranquilo.
“¿Y con los inmigrantes?.
Dónde y cómo las pasarán ellos”.
Pecado capitalista. Excesos
gastronómicos.
Pero por favor “¿Que tiene eso que
ver con la religión?".
El Corte Inglés y el turrón Gijona
han vuelto a crucificar a Jesucristo.
“¿Dónde y cuando pasaré unas
navidades auténticas?”.
“¿Quizás de nuevo en el desierto
saharahui. Quizás en mi piso sólo y cabreado con el mundo. Quizás
en Israel...O con el pueblo árabe?".
Pero un sabio disfrazado de yonquie me
dijo un día: “La Navidad es la que llevas dentro. Lo de menos es
dónde estés y con quién.
Kiko Cabanillas.
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