27 de diciembre de 2016

-Magia-

Os lo voy a contar tal y cómo sucedió, aunque sin duda alguna no me creereis.
Llegábamos mi ex-mujer y yo a casa después de dar un paseo con Santi.
“Abre Kiko”, me ordenó la ex-parienta.
“Hazlo tú que yo no sé donde he metido las llaves”, contesté.
“Pues espero que las encuentres porque yo me las he dejado en casa.
Entonces decidí vaciar el bolsito que siempre llevo, en busca del metal.
Pero nada.
Cuando la situación tomaba tintes neuróticos, Ana me dijo: No pasa nada llamaremos a Julia.
“Venga llámala”, dijo.
“Yo me he dejado el móvil cargando la batería”. “Llama tú”, señalé.
“Yo tampoco lo tengo”.
Procuramos mantener la calma para que no se pusiera nervioso Santi.

Y ya habían pasado tres horas y empezaba a anochecer -suponíamos-.

Entonces fue cuando concentrándome mucho imagine unas llaves. Notaba su frío. Y como por arte de magia abrí la puerta de casa.

Le conté a Ana lo que había sucedido...La magia...y todo eso. No me creyó.


Realmente no sé si es que realmente llevaba las llaves en un bolsillo o es que ciertamente se produjo un milagro. Cotidiano.
                                               Kiko Cabanillas.

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