Comencé a notar
que tenía mucho menos dinero en el banco un día que fui a pedir un
saldo para hacer una donación a la ONG.
Me extrañó
sobremanera, pero dado mi habitual despiste al respecto no le hice
mucho caso.
El caso es que
acudí al Bankinter una segunda ocasión para comprarle un coche a mi
hija Julia.
Pero...
No había dinero
suficiente para comprarselo.
Entonces ante la
estupefacción....Llamé a Javier y le conté lo sucedido.
“No te preocupes
Kiko a mi también me pasa”, dijo.
El caso es que yo
le había dado un poder a mi hermano para que pudiese acceder a mi
cuenta con el objeto de que me ayudase a llevar mis cuentas.
Decidí ir a
Jarandilla con la intención de ver con él mis cuentas, para ver si
se trataba de algún error informático.
Me fue a esperar a
la parada del bus. Y luego nos trasladamos a su casa.
Hermosa vivienda
dónde yo le pedí que me dejase ducharme antes de salir.
Pero cuando fui a
su cuarto para buscarle me lo encontré con una goma atada al
antebrazo y con una jeringuilla dispuesta para inocularse una
sustancia, que a todas luces era heroína.
“Enseguida
estoy”, me dijo.
“Javi mi merma
en el banco tiene relación con tu consumo de heroína. ¿Verdad?”.
Sí Kiko, pero te
devolveré hasta el último euro. Te lo juro.
Mi hermano salió
de la heroína gracias a Proyecto Hombre y yo recuperé la normalidad
en mi cuenta.
Kiko Cabanillas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario