Fueron los fríos de principios del año
2017,
Él se refugiaba entre unos cartones en
un paso subterráneo del Retiro madrileño.
Los vigilantes del parque hacían la
vista gorda y le permitían pernoctar allí.
“Lo único no hagas fuego”, le
avisaron.
Una botella de cognac terciada era su
único compañero.
Pero ese día el frío fue atroz.
Para como engañado por el falso calor
que le daba el cognac se había desabrigado.
Y de repente vino ese sueño:
Estaba con su padre en el retiro.
Chatarrero era su mayor.
Y le montaba en una barca cuando tenía
dinero.
Luego de vuelta a casa su madre le daba
un vaso de leche caliente.
Y a SU PADRE otro con cognac,
Terminaba el día viendo la televisión.
Dibujos animados.
Luego vino aquella fuerte discusión
con el pater porque no le quería ayudar con la chatarra.
Y se marchó de casa a buscar trabajo.
Algo más digno que la chatarra.
Pero todo le fue mal.
Y de todo esto hace ya la friolera de
veinte años.
Ahora: profesión: mendigo. Los padres
habían muerto.Y no le quedaron más que deudas, a las que no pudo
hacer frente.
Y retornamos al Retiro en la que sería
su última noche en el mundo de los vivos.
Desabrigado el frío se apoderó de él.
Murió dormido y borracho.
Retiraron el cuerpo y nadie se
acordaría de él.
Kiko Cabanillas.
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