Me despierto sin
despertador a las 5.30 horas.
Voy a escribir.
Participaré en el
premio de Poesía “María Fonsellosa” sobre discapacidad, de
Valencia.
Tengo para ello
una gran ventaja. Y es que tanto yo como mi hijo Santiago tenemos una
discapacidad absoluta (yo por un TCE tras un accidente de tráfico y
el por tener un síndrome de Down).
Después de
escribir hasta las 7.30 leo la prensa española y The New York Times,
por Iternet.
A las nueve me
dirijo al mercado de San Agustín con una libreta y un boli eb nabo.
Compro bizcocho
casero y un buen pescado blanco.
Y según paseo por
el mercado se me van ocurriendo relatos cortos, que apunto sin cesar.
Éste y otros
premios a los que opto me han sido comunicados por la Unión Nacional
de Escritores.
Ya a la tarde y
tras un café sólo muy cargado elaboro mi “post” para la ONG
Ecos do Sur. Y redacto un relato corto para “Tustextos.com”, para
mi blog literario y para “Mundopoesía”.
Tareas menores con
las que me relajo sobremanera.
Leo un par de
horas. Voy a la biblioteca municipal Los Rosales para surtirme.
Tres días a la
semana voy al gimnasio.
Por la tarde
siempre tengo alguna compra que hacer, casi siempre en el Carrefour.
A última hora de
la tarde también aprovecho para cocinar.
Ésta dinámica se
rompe cuando tengo que ir a recoger algún premio.
Viajo para ello en
tren. Medio de transporte en el que también escribo muy feliz.
“Dropbox”
me servirá para hacer llegar -en cuanto tenga Internet- todo lo que
escribo a mi ordenador de escritorio.
Pero estos viajes
se producen muy ocasionalmente.
Lo que si tiene
lugar cada vea con mas frecuencia es que escriba con mi portátil
desde sitios mágicos a los que me desplazo en autobús.
Asimismo, tengo
pensado ir a visitar a mis compañeros de “La Voz de Galicia” de
Santa Uxía de Ribeira, donde sin lugar a dudas surgirán personajes
e ideas.
Ah! y a todo
esto...No sólo no he dejado mis clases de español a inmigrantes
sino que las he aumentado: Doy clases de español a tres inmigrantes
todos los días, de 11.00 a 12.30 horas..
Ciertamente no sé
de donde saco el tiempo.
Kiko Cabanillas.
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