Ahmad Matar Lluvia es un inmigrante
sirio al que yo doy clase de español con Ecos do Sur desde hace unos
cuatro meses. Lleva medio año en Galicia tras haber huído de la
guerra en su país.
En su abandono de Siria pasó por
Turquía y Grecia. País éste en el que estuvo en un campo de
refugiados y donde conció a Leti. En cuya casa vive acogido por sus
padres.
Ahmad es un chico sensible y
extremadamente inteligente. Aprendió a hablar inglés de Leticia en
tan sólo unos meses. Y ya habla español con bastante corrección.
El permiso de residencia y trabajo es
un objetivo a coseguir a medio-largo plazo. Por lo cual Ahmad se ve
obligado a trabajar de un modo irregular -cobrando en B-.
En mi intención por ayudarle hablé
con mi hermano Javier, empresario. El cual ya me ha ofrecido la
posibilidad de que Ahmad trabaje con ellos pintando unos muros en sus
casas de turismo rural. Aunque todavía está por confirmar.
Asimismo, hablé con mi amigo el Negro
-Ferrnándo Malvar- quien además de profesor es carpintero y seguro
que me puede proporcionar contactos y lugares donde Ahmad pueda
ofrecerse.
Lo cierto es que tengo la esperanza de
que mis amigos y familia suelen responder bastante bien en estas
situaciones en las que me veo involucrado cada vez con más
frecuencia.
Por otra parte, y cuando Ahmad ya tenga
material para trabajar, le pediré que me instale en casa una amplia
librería. Y obviamente le pagaré bien por su trabajo.
La integración en la sociedad de
acogida pasa por la cuestión laboral.
“Quiero trabajar con vosotros, por lo
menos hasta que la guerra acabe”, afirma un compungido Ahmad.
Kiko Cabanillas.
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