22 de marzo de 2017

-Mi lucha por Ahmad.-.

Ahmad Matar Lluvia es un inmigrante sirio al que yo doy clase de español con Ecos do Sur desde hace unos cuatro meses. Lleva medio año en Galicia tras haber huído de la guerra en su país.
En su abandono de Siria pasó por Turquía y Grecia. País éste en el que estuvo en un campo de refugiados y donde conció a Leti. En cuya casa vive acogido por sus padres.
Ahmad es un chico sensible y extremadamente inteligente. Aprendió a hablar inglés de Leticia en tan sólo unos meses. Y ya habla español con bastante corrección.
El permiso de residencia y trabajo es un objetivo a coseguir a medio-largo plazo. Por lo cual Ahmad se ve obligado a trabajar de un modo irregular -cobrando en B-.
En mi intención por ayudarle hablé con mi hermano Javier, empresario. El cual ya me ha ofrecido la posibilidad de que Ahmad trabaje con ellos pintando unos muros en sus casas de turismo rural. Aunque todavía está por confirmar.
Asimismo, hablé con mi amigo el Negro -Ferrnándo Malvar- quien además de profesor es carpintero y seguro que me puede proporcionar contactos y lugares donde Ahmad pueda ofrecerse.
Lo cierto es que tengo la esperanza de que mis amigos y familia suelen responder bastante bien en estas situaciones en las que me veo involucrado cada vez con más frecuencia.
Por otra parte, y cuando Ahmad ya tenga material para trabajar, le pediré que me instale en casa una amplia librería. Y obviamente le pagaré bien por su trabajo.
La integración en la sociedad de acogida pasa por la cuestión laboral.

“Quiero trabajar con vosotros, por lo menos hasta que la guerra acabe”, afirma un compungido Ahmad.
                                      Kiko Cabanillas.

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