Como sabéis había abandonado mi
puesto de trabajo en la calle, para ayudar a hacer una recopilación
de ropa con destino a los campos de refugiados de Grecia.
El caso es que ya no tengo veinte años,
ni treinta, ni siquiera cuarenta.
Y de tanto cargar con peso acabé
pillándome una ciática: Dolor intenso a nivel lumbar e
imposibilidad de agacharme. Con lo cual tuve que abandonar el trabajo
muy a mi pesar.
Aproveche, como no para leer y
escribir.
Aún con grandes dificutades logré
reincoorarme a mi habitual esquina. Y continué con los relatos.
Mis compañeras de la recogida me
pusieron una docena de “WhatsApp”, a cual más cariñoso.
Y yo sigo dudando si reincorporarme,
pues estando medicado todo será más sencillo.
Pues No. Kiko estás descojonao. No
puedes ni levantar la tapa del watter.
“¿Dónde coño te crees que vas
pitrafa?”.
“Pues a mi siempre me abría gustado
tener un romance con una voluntaria”
“¿A qué. Para que te lleve a dar
paseillos en silla de ruedas?”.
Claro que recuerdas mudanzas como la
que le hiciste a ese copañero del ABC...O la del piso de la marileña
calle san Pedro...O la del colegio mayor San Pablo.
“Pero chico no tenías los cincuenta
años que tiene ahora”.
Tu vida de transportista ha tocado a su
fin.
Abracé mi “Underwood” y como no
había público comenzé un relato sobre cómo se vestía la gente
con la ropa que le hicimos llegar desde Padre Rubinos. Bueno en
realidad éramos varias ONG (Aire, Rubinos, Terra...).
La llegada de las cajas causaba
sensación. Y siempre había un encargado -hombre de honor- quien
miraba por un reparto justo y equitativo.
De todos modos ¿quién le iba a quitar
a un jefe de tribu unas Adidas?.
Además el reparto coincidió con un
baile en el pueblo.
En el bailaron la Nancy con Ronaldiño.
Y en fin todos estuvieron exultantes
con sus nuevos atuendos.
Pero ahora me pregunto yo: ¿Quien hace
favor a quién regalando ropa vieja y en desuso?.
No os podéis imaginar la ropa que
llegan a regalar: Sucia, maloliente, rota...
Y al volver a la iglesia o junto a sus
amigas dicen: Ellos le sabrán buscar utilidad.
Pues No señores/as la ropa que es una
piltrafa lo es aquí y en Singapur. Nunca dones algo que tu no te
pondrías.
“Estas braguitas con el el elástico
roto,
estos shorts descoloridos,
esta guitarra rota.
Estos sueños. Esta dignidad. Esta
solidaridad. Humanidad. Justicia. Reparto equitativo. Las Adidas del
jefe. Pañuelos seminuevos. Juguetes occidentales. Un Futuro para tu
gente”.
Kiko Cabanillas.
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