6 de junio de 2017

-Ciática.

Como sabéis había abandonado mi puesto de trabajo en la calle, para ayudar a hacer una recopilación de ropa con destino a los campos de refugiados de Grecia.
El caso es que ya no tengo veinte años, ni treinta, ni siquiera cuarenta.
Y de tanto cargar con peso acabé pillándome una ciática: Dolor intenso a nivel lumbar e imposibilidad de agacharme. Con lo cual tuve que abandonar el trabajo muy a mi pesar.
Aproveche, como no para leer y escribir.
Aún con grandes dificutades logré reincoorarme a mi habitual esquina. Y continué con los relatos.
Mis compañeras de la recogida me pusieron una docena de “WhatsApp”, a cual más cariñoso.
Y yo sigo dudando si reincorporarme, pues estando medicado todo será más sencillo.
Pues No. Kiko estás descojonao. No puedes ni levantar la tapa del watter.
“¿Dónde coño te crees que vas pitrafa?”.

“Pues a mi siempre me abría gustado tener un romance con una voluntaria”
“¿A qué. Para que te lleve a dar paseillos en silla de ruedas?”.

Claro que recuerdas mudanzas como la que le hiciste a ese copañero del ABC...O la del piso de la marileña calle san Pedro...O la del colegio mayor San Pablo.

“Pero chico no tenías los cincuenta años que tiene ahora”.

Tu vida de transportista ha tocado a su fin.

Abracé mi “Underwood” y como no había público comenzé un relato sobre cómo se vestía la gente con la ropa que le hicimos llegar desde Padre Rubinos. Bueno en realidad éramos varias ONG (Aire, Rubinos, Terra...).
La llegada de las cajas causaba sensación. Y siempre había un encargado -hombre de honor- quien miraba por un reparto justo y equitativo.
De todos modos ¿quién le iba a quitar a un jefe de tribu unas Adidas?.
Además el reparto coincidió con un baile en el pueblo.
En el bailaron la Nancy con Ronaldiño.

Y en fin todos estuvieron exultantes con sus nuevos atuendos.

Pero ahora me pregunto yo: ¿Quien hace favor a quién regalando ropa vieja y en desuso?.

No os podéis imaginar la ropa que llegan a regalar: Sucia, maloliente, rota...

Y al volver a la iglesia o junto a sus amigas dicen: Ellos le sabrán buscar utilidad.

Pues No señores/as la ropa que es una piltrafa lo es aquí y en Singapur. Nunca dones algo que tu no te pondrías.

“Estas braguitas con el el elástico roto,
estos shorts descoloridos,
esta guitarra rota.
Estos sueños. Esta dignidad. Esta solidaridad. Humanidad. Justicia. Reparto equitativo. Las Adidas del jefe. Pañuelos seminuevos. Juguetes occidentales. Un Futuro para tu gente”.
                 Kiko Cabanillas.













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