Son las cinco de la mañana. Me
despierto.
Anoche me dormí a las diez, después
de releer “Ya nadie se llamará como yo”, de Agustín Fernández
Mayo.
El libro reposa de mi lectura
compulsiva
a la vera de mi cama.
Preparo la cafetera -café, agua- y
enciendo la vitro. Saco una taza, azúcar y una cucharita. Y
galletas.
Espero.
Pienso en Agustín...Poesía
Contemporánea. Muy nueva. Ningún poeta español se me parece a él.
Sí extranjeros.
“La tierra baldía”, de T. S.
Eliot; invade mi mente pensando en A. F. Mayo.
“Cómo tarda el puto café”.
Desesperado ante la tardanza cojo un
yogur de la NEVERA y me lo aspiro -más que comer-
“Grooo...Grooo...Grooo”. El café
va a salir.
Pienso en mi libro “Underwood”, que
ya está en imprenta.
Mandé el texto.Y ahora qué. Pues
descanso. Mi blog literario, Tustextos.com y Mundo Poesía. Podré
leer más. Voy a libro diario. Imparable.
"Piiiii, Piiiiii, Piiii..."
Tengo que regular mis horarios.
Pero se que no lo haré. Escribo tan en
paz a estas intempestivas horas.
Kiko Cabanillas.
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