Había leído en el periódico -que
compraba de vez en cuando- que un escalador murciano había fallecido
en los Alpes, junto con otros dos compañeros franceses.
Inevitablemente la imagen de David se
hizo en mi mente: Amigo de Salamanca con el que viajé alrededor de
la India un maravilloso verano. Y que años después se dejaría la
vida en una pared de los Alpes.
Y recordé...
No era el deporte adecuado por mi
sobrepeso. Pero perdí para practicarlo caso treinta kilos.
Comía verduras que cocinaba en el
cuarto de mi colegio mayor.
Entrenaba en el rocódromo de la
universitaria y en los marcos de las puertas haciendo flexiones.
Iba a escalar a la Cabrera y Patones. Y
llegué a marcarme vías de 7-B.
También estuve en los Alpes y en el
Himalaya. Pero en uno con una novia brasileña con la cual también
tuve mis trepadiñas y en la cordillera nepalí haciendo un trecking,
pero sin escalar.
Comparte con el rugby que es mucho más
que un deporte. Es puro misticismo.
Tu bolsa de magnesio, tus pies de gato.
Y...pared.
Comencé trepando con Conan el Bárbaro
-David-, amigo de mi hermano Javier, quien también se dedicó una
temporada a este deporte.
David estaba realmente cachas y
dominaba vías de séptimo grado.
También trepaba con nosotros un tipo
pequeñito -cuyo nombre no recuerdo- que era como un gato.
Asimismo, hice muchas excursiones por
el rural en España. Y dormí en mi saco de montaña -no
siempre con tienda- en los lugares más insospechados.
Actualmente estoy inhabilitado para
practicar este deporte: Por mis cincuenta años, mi minusvalía y mis
ciento treinta kilos de peso.
Quizá por ello me dedique a la
literatura.
Es tan cómodo.
Y además uno puede ser aquello que
desee: Desde un bandido, hasta un alpinista...
Y nadie te exige entrenamiento. Bueno
sí...
Mi entrenamiento para escribir es leer.
Soy adicto a la Biblioteca Municipal de
Los Rosales, donde también acudo a clase de Filosofía con el bueno
de Bruno.
Bueno y por temporadas voy a un
gimnasio: La Casa del Agua, donde trabajo en la sección de
antiguallas.
Musculación, bici estática y poco
más.
Kiko Cabanillas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario