Después de veinte
años de lidiar con editoriales cutres...
La Editorial Visor
me dio una oportunidad que no desaproveché.
También publicaba
en “Cuadernos del laberinto”-Anaquel de poesía-
Mi padre acababa
de fallecer a los 94 años.
Había abandonado
totalmente el periodismo incluso la narrativa y los libros de viales
que tantos años me dieron de comer.
Tenía muy buena
relación con mis hermanos.
Y estaba entregado
en cuerpo y alma a la Poesía.
Claramente
influido por la Promoción Poética de los cincuenta. Y por Leopoldo
María Panero.
Poesía es
espíritu.
Y ello es lo que
me hacía falta a mi en un momento en que había dejado el compromiso
social que supone el periodismo. Incluso mis clases de español al
colectivo inmigrante.
Vivía por y para
la Poesía. Y dela Poesía.
Y bastante bien,
pues me había hecho un nombre y era un poeta de destacado.
Pero una nostalgia
vital se estaba apoderando de mi con los años.
Echaba mucho de
menos a mi hijo Santi -Síndrome de Down-, a mis inmigrantes y a mis
compañeros. A Keka no porque vivía con ella.
Kiko Cabanillas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario