En Septiembre comenzaron mis clases de
árabe en la Escuela Oficial de Idiomas de A Coruña.
Desde el primer momento -en que saludé
en árabe a la profesora- Tere y yo nos caímos de maravilla.
Yo estaba en el nivel más básico del
idioma, pero no era de principiante pues llevaba unos meses
estudiando por mi cuenta.
Eramos cuatro en clase. Dos españoles
y dos belgas.
Tere se servía de un vídeo para las
clases...A pesar de su nombre español -padres gallegos- Tere había
nacido en Agadir. Asimismo utilizaba mucho un casete donde nos
enseñaba las distintas pronunciaciones.
Mi relación con Tere se fue
intensificando: Íbamos juntos a tomar cerveza...
Pero alcanzó su punto culminante
cuando acepté viajar a Marruecos en verano con ella y con otros dos
estudiantes -los belgas-. Éstos se fueron en quince días, por lo
cual me quedé con Tere a solas en Uarzazate y luego en el desierto,
en una cabaña bereber.
Nuestra relación comenzaría un día
que decidimos dar un paseo por el desierto.
Nos fuimos desnudando a medida que
avanzamos.
Finalmente...Miradas seductoras de
ella...De complacencia por mi parte...
Y nos fundimos en el arenal.
Pasamos a dormir juntos.
También fuimos a Agadir a visitar a su familia, a quien fui presentado como su marido, para compartir cama.
Ya a la vuelta seguimos con las clases
de árabe. Y los recuerdos.
Ahora vivo con Tere y hablo con ella en
árabe.
Y siempre que podemos regresamos a
Uarzazate y al desierto.
Kiko Cabanillas.
Kiko Cabanillas.
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