21 de agosto de 2017

Mi vida en Marruecos.

En Septiembre comenzaron mis clases de árabe en la Escuela Oficial de Idiomas de A Coruña.
Desde el primer momento -en que saludé en árabe a la profesora- Tere y yo nos caímos de maravilla.
Yo estaba en el nivel más básico del idioma, pero no era de principiante pues llevaba unos meses estudiando por mi cuenta.

Eramos cuatro en clase. Dos españoles y dos belgas.

Tere se servía de un vídeo para las clases...A pesar de su nombre español -padres gallegos- Tere había nacido en Agadir. Asimismo utilizaba mucho un casete donde nos enseñaba las distintas pronunciaciones.

Mi relación con Tere se fue intensificando: Íbamos juntos a tomar cerveza...

Pero alcanzó su punto culminante cuando acepté viajar a Marruecos en verano con ella y con otros dos estudiantes -los belgas-. Éstos se fueron en quince días, por lo cual me quedé con Tere a solas en Uarzazate y luego en el desierto, en una cabaña bereber.

Nuestra relación comenzaría un día que decidimos dar un paseo por el desierto.

Nos fuimos desnudando a medida que avanzamos.

Finalmente...Miradas seductoras de ella...De complacencia por mi parte...

Y nos fundimos en el arenal.

Pasamos a dormir juntos.

También fuimos a Agadir a visitar a su familia, a quien fui presentado como su marido, para compartir cama.
Ya a la vuelta seguimos con las clases de árabe. Y los recuerdos.

Ahora vivo con Tere y hablo con ella en árabe.

Y siempre que podemos regresamos a Uarzazate y al desierto.
                             Kiko Cabanillas.

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