No tengo tiempo.
Es una frase típica y tópica en el occidente capitalista.
Pero yo no tengo
trabajo remunerado. Os recuerdo que vivo de una pensión por
discapacidad (TCE tras accidente automovilístico). Y aún así
estoy inmerso en infinidad de actividades.
Mi último vicio:
Clases de árabe en la Escuela Oficial de Idiomas.
Celeste, la
profesora, ha viajado por 70 países del mundo. La mayoría árabes.
En la Biblioteca
Municipal del barrio asisto a un taller literario, donde llevo cada
día un libro de Poesía, lo comento y lo presto.
Aunque a menor
ritmo sigo colaborando con la ONG Ecos do Sur: Clases de español a
inmigrantes y redacción del blog y la web. Aunque muy disgustado
porque cada vez me publican menos y más espaciado.
Además acudo dos
días a la semana al gimnasio de la Casa del Agua, lo cual me sienta
de maravilla (rehabilitación).
Vivo sólo leo
muchísimo (en verano llegué a un libro diario) y cocino casi todos
los días.
Echo mucho de
menos a mi hijo Santi pero llevo con bastante entereza mi divorcio.
He retomado
relaciones con mi padre y mis hermanos.
Kiko Cabanillas.
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