29 de abril de 2018

Pegas a la corresponsalía de guerra.

Echaría  de menos a los inmigrantes, que son mi familia.
Los fallos de salud debidos a mi accidente -que ya son mínimos- y a mi edad -52-, como la hernia de hiato,  pasarían factura.
Insisto: Mi falta de juventud: Para llevar a cabo la incursión en la Franja de Gaza, en situación extrema.
El tener que abandonar la cultura en la que hallo inmerso gracias sobre todo a la Biblioteca Municipal de Los Rosales: Que facilita unos seis libros semanales y me da información sobre eventos en la ciudad: Vease "Poetas diversos".
Mis amigos como Ines, la del restaurante mejicano Tamarindo.

De todos modos a favor de dar el salto estarían: Mi amigo tunecino Tayib, quien sería un guía sin igual. Y que se ha comprometido a inflltrase conmigo en la Franja de Gaza.
El hecho de poder entrenarme a fondo durante un año.
Y sobre todo EL PERIODISMO, que es mi alma. Y por el que daría todo lo que fuese necesario.
Además, los reportajes serían temporales. Y por tanto entre ellos podría disfrutar de todo aquello que señalé que echaría de menos.

Sería obligatorio tener los contactos necesarios para vender mis informaciones. Trabajaría como "free lance". Con la dificultad de que tendría que cobrar el "B", pues si no perdería mi pensión por discapacidad.
Queda abierta la posibilidad de que me reduzcan la pensión o incluso me la eliminen, pues ello se debería a que ya podría trabajar, lo cual es indudablemente una buena noticia.
Kiko Cabanillas.

PDTA: Ayúdame Kikón a analizar la cuestión, por favor.



26 de abril de 2018

Infancias solidarias.

Voy a comenzar a trabajar de voluntario con la ONG Infancia Solidaria.
Traen niños de África y Sudamérica a operarse al Hospital Materno Infantil, sobre todo de cardiopatías.
Les salvan la vida y luego los devuelven a sus países. Los menores vienen con sus madres.
Mi tarea de voluntario será por las tardes acompañar a los niños en el hospital y jugar con ellos para que el tiempo de ingreso no se les haga tan pesado.
Pero a medio-largo plazo me ofreceré también como familia de acogida en la que puedan quedarse madre e hijo en el tiempo que pasen fuera del hospital.

Y bien amigos no es que sea bueno desde el punto de vista católico. Soy solidario y comunista. Y en sus países no tienen material quirúrgico ni tecnología suficiente para llevar a cabo estas intervenciones. Y ésta ONG de tamaño pequeño gestiona para que este sueño se haga realidad.

Seré voluntario sin duda. Pero respecto a ser familia de acogida ya tengo mis reservas.

Vivo sólo y carezco de coche e infraestructura necesaria para llevar a cabo una recepción efectiva.

Además tengo una minusvalía y una discapacidad que me limitan considerablemente.

Aún así la idea me tira mucho.
Kiko Cabanillas.

16 de abril de 2018

Jamardo está grave.

“A ver si no tardas otros veinte años en volver a pasar”, me dijo el administrativo al despedirse de mi tras la visita que les hice acompañado de mi amigo tunecino Tayib.
Cáncer de colon y problemas cardíacos. Jamardo.
Además una quimioterapia mal administrada según reconocieron los médicos.
Hablé con él por teléfono.
Tardo en reconocerme, pero al fin se dio cuenta y como siempre dijo “Cajondios”.
Mucho me he acordado de la cobertura informativa que hizo Jamardo a Ramón Sampedro, fallecido hace años tras una eutanasia activa.

Me reuní en el despacho con Moncho, hoy delegado heredero de Alba, quien murió hará veinticinco años.

Moncho recibió mis sugerencia de temas: “Cincuenta inmigrantes en A Coruña”, “Túnez tras la primavera” y “El infierno de Gaza”. Y habló con agrado con mi colaborador Tayib.

Me dijo que si fuera en Ribeira...Pero La Voz es una empresa “que va mal”, “aunque no tan mal como otras”, matizó. Y si por el fuera...Lo pasaría a los mandos superiores.

Moncho se quejó de su espalda y del estómago. Y yo sentencié: “Estamos viejos Moncho”.

Y yo de vuelta a A Coruña iba impactado por el buen Jamardo. Y dándome cuenta que estamos aquí dos días. Lo cual me animaba a meterme en Gaza, aún a pesar de los riesgos que correría.
Y yo percibí, por la mirada de los periodistas jóvenes de la redacción, de que me he convertido en un veterano de prensa. Por no decir viejo. Pues a pesar de que dejé el día a día de la redacción cuando sufrí mi accidente siempre me mantuve conectado con mi oficio, con colaboraciones o gabinetes de prensa. Aunque dios sabe lo que eché de menos el pulso noticiable del diario.
Kiko Cabanillas.

14 de abril de 2018

Cincuenta inmigrantes y Moncho.

Estoy esperando a que venga a casa la dominicana Rosa, al objeto de hacerle una entrevista para el libro “Cincuenta inmigrantes en A Coruña”.
Empecé hace un mes escaso y ya llevo veinte.
Cuento con la inestimable ayuda de Tayib, mi profesor de árabe, quien me acompañará a Ribeira el martes, al objeto de entrevistarnos con Moncho Ares.
Mi redacción antes del accidente y mi antiguo jefe, hoy ya Delegado.

A Moncho le voy a ofrecer mi libro así como futuras colaboraciones.
Entre estas figuran aquellas derivadas de viajes a países de habla árabe, como pudiera ser Túnez: “Túnez tras la revolución”.

Asimismo, me ofreceré para desarrollar el periodismo de investigación, ya sea por iniciativa propia o por encargo.

Y como plato fuerte le ofreceré a Moncho la posibilidad de meterme con Tayib en la Franja de Gaza para realizar reportajes y entrevistas sobre el terreno.

Cuento para ello con la inagotable ayuda de Tayib, quien ya me ha dicho que le avise con tiempo y siempre podrá anular las clases que tenga para el día.

Caballeros me he convertido en un “yupiee” de prensa, sin estar sometido a las manías y criterios del jefe.
Kiko Cabanillas.

6 de abril de 2018

"Mama África"y café sirio.

Restaurante africano ubicado en A Coruña, en el Agra, y cuya visita es algo así como si nos trasladasen a un país del sur.
Las mujeres estaban cenando con las manos y compartiendo un gran plato colocado en el centro. Los niños correteaban por todo el local.
Yo tuve el inmenso placer de acudir con mi amigo tunecino Tayib, mi profesor de árabe.
Tomamos cuatro o cinco cervezas y un entrante delicioso (una especie de rollitos de pasta rellenos), y otro plato típico africano. El camarero propietario nos invitó a un arroz con pescado.

De allí nos trasladamos al café "Cancelo" regentado por una entrañable pareja: Él sirio y ella coruñesa.
Tras la entrevista quedamos charlando un rato con él, quien dijo que era muy triste que "comprasen armas para usarlas contra su propio pueblo". Tras esta observación nos realizó un exhaustivo análisis político militar de la situación en un país árabe al que de momento no piensa volver.
Y tras facilitarnos contactos con el mundo inmigrante árabe se despidió de nosotros y nos invitó al vino y al queso con los que nos recibió.
                                              Kiko Cabanillas.